ROBERTO CABEZAS
RW
Medalla
de plata en los JJ.OO. de Río de Janeiro, bronce en el último Mundial de Doha
(Catar), campeón de la Liga de Diamante, el atleta de 110 metros vallas Orlando
Ortega ya piensa en la cita olímpica del próximo verano en Japón: "En
Tokio quiero el oro". Aprovechando la presentación de la nueva colección
SS20 de Adidas, la firma que lo patrocina, hemos charlado con él y nos ha
revelado sus secretos de entrenamiento y nutrición, y cómo se prepara
mentalmente para la competición. "Mi mayor rival soy yo, Orlando
Ortega", dice convencido.
Echando
la vista atrás, ¿sabe mejor el bronce en Doha por la lucha que tuviste dentro y
fuera de la pista?
Sí,
porque ha sido un metal muy peleado y, gracias a mi insistencia y el trabajo de
la Federación, se hizo justicia. Me quedo, además de con la medalla, con el
apoyo de la afición española, mi familia, mis amigos, la autoridades... Estoy
muy contento porque lo pasé realmente mal. Era el trabajo de toda una temporada
tirado a la basura por un error que encima no fue mío.
¿Cómo
fue el momento en el que el jamaicano Omar McLeod te obstaculiza en el sprint
final?
No
era la primera vez que pasa algo así con este atleta... Se metió en mi calle y
me estorbó en la parte final evitando que lograra el bronce.
Ahora
vas a por el oro en los Juegos de Tokio...
Lo
veo más cerca que nunca sí. En mi cabeza tengo esa mentalidad positiva de que
puedo conseguirla. Tengo tres medallas de bronce y una de plata en campeonatos
internacionales, así que ya toca el oro.
¿Cuál
es tu principal rival de cara al oro en Tokio?
Orlando
Ortega (risas). No me preocupo de mis rivales, no lo estudio y no me influyen.
Intento enfocarme en mi trabajo, mejorar cada día y darlo todo en cada entrenamiento.
¿Tienes
ya la planificación deportiva para las Olimpiadas?
Estoy
pendiente de que mi entrenador nuevo me la explique. Eso sí, va a ser una
preparación intensa de tres meses, pero los detalles todavía no los sé.
¿En
tu preparación es importante el trabajo fitness en el gimnasio?
Sí,
todo es fundamental, desde trabajar la potencia a la velocidad o la
resistencia. Y esa parte de fuerza y potencia se adquiere en el gimnasio. Hago
muchos ejercicios de fortalecimientos, de carga, los de core me encantan, por
ejemplo. Aunque paso más tiempo entrenando en pista; pero mínimo dos veces a la
semana de los seis que entreno sí voy al gimnasio. No es mucho a lo mejor, pero
sí son muchas horas.
¿Qué
ejercicios haces?
Hago
medias sentadillas, sentadillas, cleans, arranques, empujes... Y dependiendo de
la etapa en la que me encuentre, pues hago cargas al 60 por ciento, al 85...
¿Cuántos
kilos llegas a levantar?
En
sentadilla unos 180 kilos. Peso 75 kilos, así que está bastante bien. Pero ya
te digo que todo depende de las características de cada atleta.
¿Qué
rutina tienes para el core?
Muchas
planchas, trabajo abdominal, de espalda, de equilibrio... Los crunchs
tradicionales a mí siempre me han funcionado muy bien. Los hombros sufren mucho
con las planchas, así que dependiendo de tus necesidades y debilidades, pues
vas probando. El trabajo con máquinas, para el cuádriceps o de rodillo por
ejemplo, también lo suelo tocar, pero no tan a menudo.
Trabajar
con tu propio peso corporal es importante, ¿no?
Sí,
sobre todo en época de competición.
¿Cómo
trabaja un velocista la explosividad?
En
mi caso con saltos: saltos en banco, saltos verticales, hacia adelante,
quíntuples... El trabajo de pesas también ayuda, desde luego, pero me enfoco en
los saltos. Al final, como te digo, todo está planificado, también el descanso
y las horas de sueño, y en esos tres meses de preparación más intensa, se
focaliza todo mucho más. Pero vamos, me da igual saberlo, disfruto mucho entrenando
y me dedico a eso: entrenar, entrenar y entrenar.
¿Eres
muy metódico?
No,
siempre he sido de mente muy abierta, probar cosas nuevas, y me dejo guiar.
Escucho opiniones de todo tipo.
¿Para
ti cuál es la parte más complicada de la carrera?
En
los 110 metros vallas todo es crítico, cualquier mínimo error te puede hacer
perder un año de trabajo. Siempre intento en la primera parte de la carrera
asegurar, y luego ya darlo todo en los metros finales. Son muchas vallas en una
distancia relativamente corta, así que hay que estar atentos de principio a
fin.
¿Mantienes
durante todo el año tu peso?
En
vacaciones suelo subir un poco, pero en competición siempre estoy entre 75 y 76
kilos. No soy de dietas estrictas, pero sí que como muy saludable. No me
obsesiono con la nutrición.
¿Cuáles
son tus pilares con la alimentación?
Como
de todo ya te digo, tengo buena genética además. Lo que no soy es de ensaladas
solo. Si tengo ganas de comerme un buen plato de pasta o una buena carne, me lo
como. Conozco mi cuerpo y sé lo que le sienta bien.
Tu
cheat meal o comida trampa preferida es...
Eran
la pizzas. De hecho, en mi etapa en Madrid, en la residencia Joaquín Blume,
entre 2016 y 2018, comía pizza todos los días, pero nunca engordaba. Siempre en
los 75 kilos estaba. Me iba bien, me sentía bien y tenía buenos resultados.
Ahora llevo un año sin comer pizza, porque no me apetece y no la echo de menos.
Mi entrenador come mucha pizza, pero ahora no me apetece. Y obviamente, en
época de competición, nada de comida chatarra.
¿Cuál
es tu comida más fuerte del día?
Me
gusta desayunar muy bien, comer bien y la cena es la menos importante. Pero es
la comida donde como mucho y bien.
¿Suplementos?
Creatina,
glutamina, proteína... no son obligatorios, y los puedo tomar en algún momento
concreto, como ahora. Pero se puede prescindir de ellos, ya te digo que no son
tan importantes como la gente cree. Energizantes sí, pero para los Juegos de
Río de Janeiro, por ejemplo, no tomé nada.
¿Cómo
trabajas la parte psicológica?
Siempre
he tenido una actitud y mentalidad muy positiva. Vengo de Cuba, donde la
competencia era brutal; igual éramos 8 atletas y solo podían viajar 3 a las
competiciones. Así que si no tenías la mente fuerte y confiabas en ti mismo, no
tenías nada que hacer... Me gusta trabajar con psicólogos, desde luego, pero
como soy tan positivo, siempre creo que puedo hacerlo y en este caso ser
campeón olímpico.
¿En
Cuba se entrena muy diferente?
Sí,
allí el sistema de trabajo se enfoca más a la velocidad, la técnica y la
explosividad; aquí en cambio se ejercita más la fuerza, la potencia... Son
métodos distintos, pero igualmente exitosos.
¿Te
da tiempo a pensar en algo mientras corres?
Nada.
Son tan pocos segundos, con 10 obstáculos y en cada valla vas más rápido, así
que solo te focalizas en no chocar con la valla y llegar a la meta.
¿Cuántas
horas duermes?
Tengo
programado mi móvil para dormir mínimo 8 horas y media, excepto los domingos
que es mi día de descanso. Y de siesta me echo una hora o hora y media más o
menos. En competición, siempre me la echo, para mí es fundamental.
¿Has
tenido lesiones importantes?
Muchas.
Antes de las Olimpiadas de 2012 en Londres, tres semanas antes tuve una rotura
de grado 2 en el isquio; en 2017, antes del Mundial de Londres, también 15 días
antes una rotura de grado 1 en el isquio; he tenido problemas en las rodillas,
en el tendón rotuliano, sobrecargas...
¿Competirás
esta temporada en pista cubierta?
No
lo tengo claro, depende de mi entrenador. Si fuera por mí no lo haría, porque
llevo dos años bastante exigentes... También te digo, una de las espinas que
tengo clavadas es rebajar mi marca personal en pista cubierta, pero todo
llegará... Así que igual sí compito en alguna cita, pero ya te digo, todo está
enfocado a Tokio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario