El
País.com
En
noviembre de 2018 Allyson Felix dio a la luz a Camryn. Quería cumplir el “sueño
loco” de añadir la cualidad de madre a su vida de atleta. Poco después habló
con su sponsor, Nike. “Tenemos que renovar el contrato”, les dijo. “Sí,
cobrarás un 70% menos que antes”, le respondieron. “Vale, lo acepto, pero
quiero garantías de que no me dejaréis de pagar si mi rendimiento no es el
esperado después de ser madre...” “Ah, no, eso no, por ahí no pasamos”, dijeron
los de Nike. “Pues ahí os quedáis...”
Cinco
meses después de romper con su patrocinador desde que era una adolescente, la
madre y atleta norteamericana logró las que quizás sean sus dos mejores
victorias, o, al menos, las que demuestran cómo los prejuicios del macho aún
pesan demasiado en los consejos de administración de las grandes empresas. En
una semana en Doha, Felix, de 33 años, patrocinada ahora por una textil filial
de Gap, lideró los relevos 4x400 mixto en la final y el femenino de Estados
Unidos en la semifinal para conseguir las que son sus medallas 12ª y 13ª en un
Mundial.
Nadie
en la historia ha ganado tantas, ni siquiera Usain Bolt, que se quedó en 11 (el
jamaicano ganó 12 pero fue desposeído de una de un relevo por el positivo de un
compañero).
La
hija del pastor de Santa Clarita, California, podría hacer negocio de
chatarrera con su almacén de trofeos, tantas chapas mundiales y olímpicas ha
ganado corriendo, pero ella, siguiendo siempre las enseñanzas bíblicas, antes
que venderlo, prefiere seguir haciéndolo crecer.
“Si tienes un talento no puedes hacer como el
de la parábola, enterrarlo y no hacerlo fructificar”, dice la norteamericana,
quienpor su delgadez relativa, comparada con las potencias de la especialidad,
fue apodada en el instituto chicken legs, piernas de pollo, y piernas de pollo
sigue siendo como la niña que fue.
Cuatro
de los oros mundiales de Felix, que también ha ganado seis olímpicos, son
individuales (tres en los 200m y uno en los 400m, su verdadera especialidad) y
nueve son de pruebas por relevos (uno mixto, tres en 4x100, y cinco en 4x400),
una mayoría en pruebas colectivas que antes que delatar el privilegio que
tienen los sprinters a ser multimedallistas en cada campeonato, derecho del que
carecen la mayoría de los demás atletas, delata más que nada la generosidad, el
compromiso, la durabilidad (su primer título mundial data de Helsinki 2005, victoria
en los 200m) y, sobre todo, la capacidad de liderazgo y deseo de emulación que
desprende la mujer que no ha lamentado en absoluto haber tomado la palabra
—“con el silencio no se cambia el mundo”, dice— y haber expuesto al mundo cómo
tratan los dirigentes a las mujeres.
“Lo que más me fastidió fue la doblez de
Nike”, escribió Felix en mayo pasado en el New York Times, cuando el diario
neoyorquino informó, gracias a la denuncia de otras atletas, Kara Goucher y
Alysia Montaño, de que la empresa de zapatillas no pagaba las bajas por
maternidad, “Había firmado a los 18 años porque me vendieron que su objetivo
era cambiar la mentalidad, ser modelo de las adolescentes”.
Avergonzados,
los ejecutivos de Nike dieron marcha atrás y cambiaron su política. Felix ya
había volado, y su talento atlético y de líder siguen creciendo. Próximo
objetivo: Tokio 2020, sus quintos Juegos.
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