TOMÁS CAMPOS
Marca.com
"Aún
no sabemos qué demonios hemos hecho mal pero lo averiguaremos". En la
Federación Española de Atletismo (RFEA) tienen claro que algo falló en la
marcha a la hora de preparar la reciente cita mundialista de Doha pero quieren
ser precavidos y analizar bien todos los datos de los que disponen antes de
ofrecer una explicación exacta y veraz de lo acontecido.Porque la preparación,
al menos en teoría, había sido la mejor de la historia. Nunca antes se había
dedicado tanto esfuerzo y tiempo para que los atletas se adaptasen a una
competición como se había hecho ahora previendo las condiciones extremas que se
iban a encontrar en la capital qatarí.
Sin
embargo, los resultados se quedaron muy lejos de lo esperado. Especialmente
sangrante fue la actuación del trío español en los 20 kilómetros marcha
masculino, con Álvaro Martín, vigente campeón europeo, en el vigésimo segundo
puesto. Más atrás quedaron Miguel Ángel López (26º), oro mundial hace cuatro
años en Pekín, y Diego García Carrera (35º), plata en Berlín el pasado año.
"Se
ha hablado mucho en los mentideros atléticos de que quizás hubo un
sobreentrenamiento que propició que los atletas llegasen cansados al Mundial
pero nuestros datos no dicen eso. Álvaro, Diego y Miguel Ángel pasaron
exhaustivas pruebas la semana previa al Mundial y sus niveles de lactato eran
los esperados, por lo que llegaban en plena forma al campeonato", asegura
una fuente federativa.
De
hecho, y este sí que es un dato que tiene absolutamente desconcertado a los
técnicos y fisiólogos de la RFEA, la temperatura corporal de los españoles
durante la competición fue la que se mantuvo más estable. El extremeño Álvaro
Martín fue el único de los tres que tomó voluntariamente la famosa pastilla
termómetro para controlar su temperatura y en ningún momento superó los 39 grados.
Este
dato contrasta con los casi 41 grados que alcanzaron varios atletas que
acabaron en posiciones punteras de la prueba. Según los estudios previos, con
esa temperatura el cuerpo se expone a un severo golpe de calor y el rendimiento
debería resentirse pero a la hora de la verdad no pasó ni una cosa ni otra.
Y
entonces, ¿qué pasó? Los técnicos manejan ya una primera teoría pero aún es
pronto para decir que es la correcta: "El día de los 20 km. marcha
masculino fue el de mayor humedad de todo el Mundial, con un máximo del 92% en
determinadas fases de la carrera. Nuestras previsiones indicaban que la humedad
estaría entre el 70 y el 80% y ese fue el parámetro que introdujimos durante
sus entrenamientos en el Thermotron del Ejército en Torrejón", revela esa
fuente de la RFEA.La gota fría y el ejemplo de ChusoAdemás, las semanas previas
al campeonato, Martín y López entrenaron en San Pedro del Pinatar (Murcia)
mientras que Diego García eligió Almería. En teoría, con unas condiciones de
calor y humedad similares a las que se encontrarían en Doha pero a la hora de
la verdad la fatídica gota fría condicionó de forma determinante la última fase
de entrenamientos.En contraposición, 'Chuso' García Bragado y Mar Juárez,
posiblemente los dos marchadores españoles que mejor rindieron en Doha si se
tienen en cuenta las previsiones -octavo y décima en los 50 km. marcha-
estuvieron trabajando hasta la última semana en la cámara de calor que hay en
el CAR de Sant Cugat.Casualidad o no, es pronto para decirlo. Lo único seguro
es que la Federación ha tomado buena nota de lo ocurrido. "A veces hay que
dar un paso atrás para avanzar luego cinco pasos. Estamos seguros que en Tokio
2020 va a ser muy diferente", concluye la fuente de la RFEA.
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