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El
próximo 10 de noviembre, Mireia Belmonte cumplirá 29 años con sus sueños
realizados: oro mundial (y cinco medallas más) y oro olímpico (y otros tres
podios). Pero su competitividad la lleva a seguir agrandando su historia como
nadadora en Tokio 2020. "Apenas tendrá cinco días de descanso hasta que
arranquen los Juegos", apunta Fred Vergnoux, su entrenador, cuyo reto con
Mireia es doble: conseguir las mínimas ya en diciembre y que su cuerpo se
adapte al ritmo de competición de Tokio, donde las finales serán por la mañana.
"Noto
a Mireia y al grupo muy responsables, han cogido el mando. Es una buena señal.
Estamos compitiendo más que antes y en diciembre se pueden hacer mínimas en el
Open de Ámsterdam. Si eso funciona, tendremos una Mireia más tranquila. Podemos
tener el doble de semanas para invertir en el entrenamiento", se marca
como objetivo. "Mireia es consciente de su realidad y sabe que debe
trabajar cada día", añade.
Una
vez conseguido, la nadadora se centrará en llegar a los que serán sus cuartos
Juegos lo más adaptada posible teniendo en cuenta que las finales serán a
primera hora como ya ocurriera en Pekín 2008. "La gente por la mañana nada
más lento, solo tenemos que ver lo que sucede en el Open. En España tenemos la
ventaja de que entrenamos pronto, pero debemos modificar el desayuno e intentar
dormir antes. Tanto Mireia como Alberto Martínez (clasificado ya para los 10
kilómetros aguas abiertas) se someterán a un estudio del sueño. La alimentación
al despertarse será importante", argumentó.
La
preparación de Mireia, a caballo entre el CAR de Sant Cugat y Sierra Nevada,
tiene también algo de superstición. Y eso llevará al equipo de Vergnoux a
Pretoria (Sudáfrica) a finales de diciembre: pasarán allí el año nuevo y
estarán dos semanas más. "Lo hicimos en 2012 y en 2016. Cuando haces algo
y funciona, quieren repetir. Les da seguridad. Tienen ganas de volver y la
realidad es que allí no hay nada. La piscina es bonita, veremos animales, pero
no hay nada más", explica.
Este
fin de semana Mireia acudirá en la ISL en Budapest pero en noviembre no acudirá
al Open piscina corta: "Hay que seleccionar la competición".
Como
novedad, y con tal de flexibilizar los estrictos criterios de clasificación de
otros campeonatos, los nadadores tendrán tres opciones para obtener la mínima:
el Open de Ámsterdam de diciembre, el Open de Sabadell de abril y el Europeo de
Budapest en mayo. "Es una decisión consensuada. El equipo no será tan grande
como en Río pero la gente está motivada".
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