lunes, 28 de octubre de 2019

LOS HIJOS DE SALAZAR

FERNANDO MIÑANA

Cuando Yomif Kejelcha, el ganador del Medio Maratón de Valencia, llegó a Portland en 2017 para entrenarse con Alberto Salazar, no hablaba nada de inglés. Así que aquel corredor larguirucho lo pasó realmente mal. En aquella época ya se contaba en las páginas de los periódicos del Reino Unido, la patria del imbatible Mo Farah, otro alumno del entrenador cubano, que su método estaba manchado por el dopaje. Pero no pareció importarle.
Kejelcha solucionó su soledad gracias a Sifan Hassan. La neerlandesa, a quien persiguió la desgracia en Valencia, también nació en Etiopía, así que se convirtió en su confidente, en la persona con la que sentarse y poder estar un rato de charla. Un hombro sobre el que llorar cuando se veía incapaz de soportar los demoledores entrenamientos de Salazar, aquel exfondista que siempre pareció disfrutar en la agonía, un atleta capaz de acabar con un gotero tras desplomarse en la meta de la Falmouth Road Race de 1978 o de exprimirse hasta salir triunfal del mítico Duelo al Sol del Maratón de Boston de 1982 ante Dick Beardsley. Kejelcha no lo podía soportar y estuvo a punto de pegar un portazo y salir huyendo de allí.
Pero resistió y aquello creó un vínculo tan fuerte entre los etíopes que Kejelcha considera a Hassan como su hermana. Ellos eran los favoritos en el fabuloso Medio Maratón de Valencia y solo un tropezón sufrido por ella -esos incidentes son parte del atletismo- evitó que los 'hermanos' se coronaran en Valencia. Sin Salazar, eso sí, condenado a ver el atletismo por televisión durante cuatro años después de que la Usada comprobara que el técnico no era trigo limpio. Sus atletas salieron inmunes de este escándalo porque la agencia solo logró probar que aquellas prácticas eran de unos pocos años atrás.
Nos obligaban así, un vez más, a hacer del atletismo un acto de fe. Porque, desgraciadamente, cuando ves determinadas exhibiciones, teniendo la experiencia de tantos años, una duda te agarra del cuello y te pregunta: ¿De verdad te lo crees?

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