El
País.com
“No
sé si voy a doblar con los 1.500m o con los 5.000m”, dijo Sifan Hassan después
de ganar de manera extraordinaria la final de 10.000m. “A mí me gustan más los
1.500m, pero mi entrenador, Alberto Salazar, prefiere los 5.000m”. Si repitiera
hoy la misma frase, la atleta holandesa no podría volver a competir hasta
dentro de dos años. La Agencia Antidopaje de Estados Unidos (Usada) ha
anunciado la madrugada del martes una sanción de cuatro años a Salazar, el
entrenador responsable del Nike Oregon Project, que concentra en el estado de
Oregón a algunos de los mejores atletas de fondo y mediofondo del mundo
patrocinados por el gigante de las zapatillas atómicas. Desde este momento,
todo atleta que siga entrenando a las órdenes de Salazar será sancionado.
La
Usada abrió hace dos años expediente sancionador a Salazar y al doctor Jeffrey
Brown, asesor del grupo de Oregón. La agencia considera probado que Salazar y
Brown cometieron tres infracciones contra el Código Mundial Antidopaje: uso de
métodos prohibidos (administración por vía intravenosa de carnitina superando
los límites permitidos), manipulación e intento de manipulación en controles
antidopaje y tráfico de testosterona por su implicación en un experimento que
trataba de comprobar cuánto tarda el anabolizante en ser invisible en los
controles.
La
noticia, conocida en mita del Mundial de Doha, es una bomba lanzada por Travis
Tygart, el sheriff del antidopaje que, al frente de la Usada, se hizo famoso
acabando con Lance Armstrong, a mitad de un Mundial, lo que multiplica sus
efectos devastadores. Es el detalle que le faltaba a una cita que se ha Ganado
más titulares por asuntos colaterales que por la competición misma. La IAAF
(federación internacional de atletismo) reaccionó con prontitud y pocas horas
después de hacerse pública anunció que a petición de la federación norteamericana
le había retirado a Salazar su acreditación para el Mundial.
En
el Reino Unido la conmoción se hizo terremoto, pues el técnico norteamericano
ha sido el entrenador de Mo Farah, la gran figura del fondo británico, el gran
héroe de los Juegos de Londres 2012. “Es un alivio que la Usada haya concluido
su expediente a Alberto Salazar”, ha declarado Farah, a quien le ha faltado
tiempo para distanciarse de un técnico que en sus más de siete años de
colaboración le condujo a cuatro oros olímpicos (de 5.000m y 10.000m en 202 y
2016) y a seis títulos mundiales en las dos distancias (cuatro en 10.000m y
tres en 5.000m). De origen somalí, Farah también ha mantenido relaciones
entrenador-atleta con Jama Aden, el técnico somalí que fue detenido por los
Mossos en Sabadell con sustancias dopantes y espera juicio por ese delito. El abanico
de distancias y récords de Farah, de 36 años, es único en la historia europea.
Posee las plusmarcas europeas de los 1.500m (3m 28,81s), de los 10.000m (26m
46,57s) y de maratón (2h 5m 11s). Ha bajado de los 3m 30s en los 1.500m, de los
13m en los 5.000m, de los 27m en los 10.000m, de la hora en la media maratón y
de las 2h 6m. “Dejé el Nike Oregon Project en 2017 pero siempre he dicho que no
tolero a nadie que se salte las reglas o pase una línea. Ha habido una decisión
y estoy contento de que se haya llegado a una conclusión”.
Hassan
no es la única gran atleta entrenada por el técnico norteamericano que
participa en los Mundiales de Doha. También forman parte de su grupo los
norteamericanos de 800m Clayton Murphy y Donavan Brazier, el gran favorito para
la final de esta noche, martes en la que participa Adrián Ben; así como el
etíope Yomif Kejelcha, que en febrero batió el histórico récord mundial de El
Guerruj en la milla al aire libre (3m 47,01s), y es el favorito en los 10.000m,
y la alemana Konstanze Klosterhalfen, que doblará 1.500m y 5.000m con
posibilidades de medalla en ambas pruebas.
Nike
ha anunciado que como ninguno de los atletas del grupo de Oregón a las órdenes
de Salazar actualmente ha estado envuelto en las supuestas actividades ilícitas,
todas del pasado, mantiene su confianza en el técnico y le apoyará en el
recurso que presente ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
Salazar,
de nacionalidad estadounidense, nació hace 61 años en La Habana (Cuba) y
durante los años 80 su figura cobró resonancias míticas en el mundillo del
fondo. Fue uno de los causantes del furor por el maratón y la práctica del
running en Estados Unidos con sus victorias agónicas, al límite de la
resistencia humana, en el maratón de Nueva York entre 1980 y 1982 y, sobre
todo, el conocido como el Duelo al Sol del maratón de Boston de 1982. Como
atleta destacó por su amor al riesgo y su capacidad para despreciar el miedo a
experimentar con su propio cuerpo con entrenamientos salvajes y prácticas en el
límite. Como entrenador, cobró rápidamente aura de gurú, esa figura difusa
entre brujo de la tribu y viejo sabio, y contribuyó al renacimiento del fondo
en Estados Unidos.
Sifan
Hassan dejó al mundo del atletismo con la boca abierta el sábado, no por ganar
una prueba, los 10.000m, de la que era favorita sino por la manera en que lo
hizo. La holandesa de 26 años, de origen etíope, corrió los últimos 1.500m de
los 10.000m en 3m 59,09s. El récord de España de los 1.500m es de 3m 59,51s. Lo
tiene Natalia Rodríguez, una superclase que solo logró bajar una vez en su vida
de los cuatro minutos. Las dos participantes españolas en los 1.500m de Doha,
Marta Pérez y Esther Guerrero, tienen una mejor marca cinco segundos más lenta.
Sifan
Hassan podría ganar la final de la prueba partiendo 8.500 metros antes y
dejando a las rivales salir frescas de cero. Si algún hombre corriera los
últimos 1.500m de un 10.000m en 3m 31s (el equivalente masculino de los 3m 59s
de Hassan) todo el mundo pensaría que se encontraba ante un fenómeno estratosférico.
Ni los mejores, Bekele, Gebrselassie, han logrado nunca acercarse a ese nivel.
Los expertos dudaban de qué dos ventajas se beneficiaba la holandesa, o de las
zapatillas mágicas de su patrocinador o de las mágicas fórmulas de su
entrenador. La duda persiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario