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La
realidad de la maratón se transformó en sólo 30 horas. El sábado fue Eliud
Kipchoge, con el prototipo especial Nike Alphafly en sus pies (hecho especial
para él). Firmó 1h59:40 en Viena, en un evento comercial, con liebres
permanentes, que no se homologa como plusmarca. Un día después Brigid Kosgei
corrió en Chicago con unas Nike Vaporfly Next% (comercializadas por 275 euros).
Lo hizo en 2h14:04 y batió por 81 segundos el récord femenino. Dos hitos,
zapatillas similares... ¿El calzado es una revolución o una ventaja?
"Nuestro
objetivo es ayudar a nuestros atletas a alcanzar su mejor versión y romper los
límites, si hay polémica o no, no tenemos nada que decir", explican desde
Nike. Los tests de la empresa determinaron que el modelo de Vaporfly, que se
hizo en 2017, tenía una mejora del 4%, por su espuma especial y su placa de
fibra de carbono. El pasado abril, antes de la maratón de Londres, se
estrenaron las Vaporfly Next%, a las que se les presuponía "algo más de
retorno de energía". Ahora aparecen las atómicas Alphafly, con tres placas
de fibra de carbono, dos de ellas sostenidas por dos cámaras de aire. Se
desconoce el porcentaje de mejora, pero se habla de un 6%.
"Muchos
no estarían de acuerdo en su día que las pistas de ceniza se cambiasen por
tartán y hoy lo consideramos un gran avance", analiza Toni Abadía, atleta
de Nike y futuro maratoniano en Valencia. La duda es si ese razonamiento podría
entrar en contradicción con el artículo 143.2 del reglamento de la IAAF, que
reza: "Unas zapatillas no deben estar construidas de tal modo que
proporcionen a un atleta una ayuda o una ventaja injusta...". Ahí se abre
el debate.
"Parece
que el atletismo se puede convertir en una carrera al estilo de la Fórmula 1,
¿es posible que ahora mismo veamos un atleta hacer el récord mundial con unas
zapatillas de otra marca? Pues probablemente no y eso desvirtúa el atletismo.
Creo que la IAAF debería intervenir de alguna manera", analiza Jordan
Santos-Concejero, fisiólogo de la Universidad del País Vasco. "Es como una
guerra de tecnologías", relata Carles Castillejo, atleta de Adidas:
"Esto hace que nuestra marca se ponga las pilas, ya se han visto algunos
modelos nuevos".
"No
me creía unas zapatillas con un 4% de mejora, pero hay una serie de artículos
científicos que lo demuestran", sigue Santos-Concejero, y concluye:
"Esto se traduce en el asfalto en que atletas menores hagan 2h04 con
facilidad o que deportistas de otras marcas pinten las Vaporfly. Kipchoge, sin
gestos de fatiga, bajó de dos horas y parecía que controlaba. Luego, Kosgei
destroza la marca de Radcliffe que tenía 16 años... No ha habido grandes
revoluciones en sistemas de entrenamientos, ni fisiológicas. Evidentemente se
ha conseguido un avance, no entro si lícito o no, que son estas máquinas de
correr. Igual había que hacer regulaciones como con los bañadores mágicos o las
bicis del récord de la hora".
La
plusmarca 'oficial' de maratón masculina es 2h01:39, hecha por Kipchoge en
septiembre de 2018 en Berlín. Se la quitó a Kimetto, que tenía 2h02:57 de 2014,
con Adidas, y al que han superado cuatro atletas. Todos entre 2018 y 2019, con
Vaporfly, entre ellos Bekele, que se quedó a dos segundos del tope de Kipchoge
(ese puede ser el gran duelo de 2020). "Imagínese con que motivación
competimos los de otras marcas, cuando tus rivales llevan esas
zapatillas", se queja un fondista de otra marca deportiva, que pide
anonimato.
Arturo
Casado, campeón de Europa de 1.500 en 2010 y ahora estudioso del deporte, da
una explicación técnica: "La estructura muscular y tendinosa de la cadena
posterior (sóleo, gemelo y tendón de Aquiles) cuando impacta en carrera se
produce una concentración excéntrica que almacena energía, para que en la fase
concéntrica se transmita esa energía. Antes se hacía todo con el cuerpo, y
ahora se hace con foam (espuma) y fibra de carbono y baja el desgaste".
El
artículo 143.2
El
artículo 143.2 del reglamento de la Federación Internacional (IAAF) habla sobre
los límites del calzado en competición. "Unas zapatillas no deben estar
construidas de modo que proporcionen a un atleta una ayuda o una ventaja
injusta. Cualquier tipo de calzado debe estar razonablemente al alcance de
todos en vista del espíritu de universalidad. Cuando haya evidencias de que no
se ajusten al reglamento las zapatillas pueden ser sometidas a estudio y si hay
incumplimiento puede prohibirse que sean usadas en competición".
Xavier
Aguado, profesor de biomecánica de la Universidad de Castilla La Mancha, es más
escéptico: "No creo que las ventajas sean tantas, pero la estrategia
comercial es muy buena, han puesto el calzado en el mercado y los millones de
runners compran. Es difícil que un muelle se restituya a tiempo en el momento
que lo necesitas para la impulsión. La mejora se medirá con laboratorios
independientes, creo que es menor de lo que se cree, entre el 4% y 5%".
Brian
Hanley, biomecánico de la Universidad de Leeds y colaborador de la IAAF, abre
otra duda: "Creo que existen ventajas potenciales, pero depende de el
atleta. Puede haber un beneficio mayor para los que entran de talón, que de
antepié o puntera".
Opiniones
variadas, una firma comercial con exposición total y mientras... Kipchoge y
Kosgei revolucionan la maratón.
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