jueves, 16 de diciembre de 2010

Las amistades de Odriozola



C. ARRIBAS

A José María Odriozola, que ha pasado 22 de sus 71 años como presidente de la Federación Española de Atletismo, se le conoce, entre otras cosas, porque los últimos años después de cada actuación frustrante del atletismo español en un campeonato reaccionaba furibundo, anunciaba que caerían cabezas, que aquello no podía seguir así. Luego pasaba el tiempo, pasaban los furores, se posaba el polvo y todo seguía como antes.
Por eso, la evolución de sus estados de ánimo en las últimas 96 horas -las que han transcurrido desde que el conocimiento de la Operación Galgo, desde la depresión, la palidez y el abatimiento inicial hasta la exaltación, ímpetu y energía que, según los testigos, mostró este fin de semana en el Algarve, donde acompañó a la selección española de cross- y lo que pueda anunciar drástico hoy en su primera aparición pública ante la prensa desde que estalló el escándalo quizás no permitan sacar conclusión alguna sobre lo que pueda pasar en el futuro en su federación.
Pero no siempre fue así, quieren precisar los que le conocen de años, los que dicen que esta vez sí, que esta vez arderá Troya en la avenida de Valladolid -calle madrileña en la que se ubica la federación- y que rodarán cabezas. Lo aseguran y para dar peso a su seguridad recuerdan un par de hechos de hace casi 30 años, en los que se enfrentó directamente a Manuel Pascua y Eufemiano Fuentes, quienes parecen haber regresado como una venganza del pasado para atormentarlo.
Recuerdan que mediada la década de los 80 dimitió de su cargo de responsable de la comisión científica de la federación, entonces presidida por Juan Manuel de Hoz, cuando en un restaurante alemán de Madrid, Fuentes, director médico de la federación, y Pascua, segundo en el staff técnico, le conminaron a que apoyara su revolucionario proyecto de biopsias y preparación biológica de los atletas.
Años después, tras ganar en 1988 sus primeras elecciones a la presidencia, su primera decisión fue despedir a ambos, al médico y al técnico.
Por esa misma razón, pocos entienden que en los últimos años, el infatigable Pascua y su aura de maestro del atletismo recobrara en la federación el peso perdido, y muchos entienden que el proceso lógico sería que Odriozola se viera arrastrado en su caída por ese mismo peso. La única explicación que ha llegado al exterior es la de que Odriozola pensaba que Pascua, seis años mayor que él, "había cambiado". Y tampoco han sido pocos, algunos de ellos muy cercanos a él, los que le advirtieron en su momento que quizás no era una gran idea la de nombrar vicepresidenta a Marta Domínguez, quien se había convertido en la última década, desde su medalla de plata en el Mundial de Edmonton y, sobre todo, gracias a su gesta del Europeo de Gotemburgo 2006, dos meses después de la Operación Puerto, cuando después de fracasar en la prueba de 10.000m se recuperó mágicamente -gracias al trabajo psicológico y motivador del presidente, se entendió entonces- para ganar el oro en los 5.000 pocos días después.
Otro de los rasgos que serviría para caricaturizar a Odriozola, gallego de Pontevedra, con un trazo grueso, es su costumbre, fomentada y aplaudida por los medios en las vísperas de los grandes campeonatos, de pronosticar el número de medallas que conseguirán los atletas de su selección nacional, que es suya en sentido estricto pues, aparte de presidente, es el presidente del comité técnico, y, por tanto, el seleccionador.
Este carácter abierto le genera popularidad entre la población, pero, según los técnicos, crea entre sus atletas un estado de excesiva presión. "A Odriozola, finalmente, solo le interesan las medallas. El resto sobra", dice un entrenador de varios grandes atletas. "Y muchos podían interpretar en ese interés único por el rendimiento, una invitación indirecta a tomar atajos".
"A mí, varias veces me dijo Odriozola que si quería organizar una concentración con mi atleta donde quisiera que no había problemas, que contaba con su apoyo", dice otro técnico de un campeón europeo. "¿Y cómo había que interpretar eso? ¿Como una invitación a llevármelo al Atlas como hacía el otro?".
El ex atleta Fermín Cacho ya ha dado un paso, con unas declaraciones ayer para postularse como su sucesor, pero los expertos, que achacan a Odriozola una política de tierra quemada con los dirigentes, ven difícil encontrar en el organigrama actual del atletismo español una figura con capacidad e independencia suficientes para suplirlo. "Quizás", dice un técnico. "El problema de Odriozola es que, a diferencia de De Hoz, no ha tenido en su junta otro Odriozola, otro directivo apasionado y capaz...".

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