martes, 28 de diciembre de 2010

"Soy lo que soy gracias a Manuel Pascua, sin él no estaría aquí´



JAUME BAUZÀ. PALMA

­Maite Zuñiga (Eibar, 1964) forma parte del equipo nacional que estos días se concentra en Calviá para preparar la próxima temporada. La ex campeona en el medio fondo fue discípula de Manuel Pascua, un veterano entrenador en el ojo del huracán por su implicación en la Operación Galgo, que investiga una presunta trama de dopaje. Ahora Pascua es un apestado para muchos, pero Zuñiga no le esquiva: "Es mi amigo y una persona muy importante en mi vida". Zúñiga transmite sus conocimientos a los jóvenes que un día darán el relevo a los atletas consagrados.

–¿Costará reparar la imagen del atletismo?
–Ha habido generaciones de atletas de mucho nivel que nunca han dado de qué hablar. Ahora se valora por otras cosas porque vende el morbo de lo malo y no el triunfo. Siempre ha sido así, incluso nos hemos tenido que pelear con deportes como el fútbol, que sin ganar nada siempre han estado por encima de nosotros, aún teniendo campeones olímpicos o del mundo.
–A lo mejor alguno de estos chicos se encontrará un día con alguien que le ofrecerá sustancias dopantes. ¿Les preparan contra esa situación?
–No. Cuando llegue el momento en el que estén en disposición de ser finalistas olímpicos o campeones del mundo serán lo suficientemente adultos como para tomar una decisión. Y sabrán que si toman la decisión equivocada tendrán que pasar por lo que están pasando en estos momentos como Marta [Domínguez]. Aunque no sabemos cómo acabará. Llegan muchas informaciones y a lo mejor mucho de lo que se está diciendo es mentira.
–¿No se está respetando la presunción de inocencia?
–Parece que en este país todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Esperemos que todo esto se quede en una anécdota por las personas que están implicadas y a las que quiero mucho. Y si no es así, tendrán que asumir las consecuencias de sus actos. Con mucho dolor de mi corazón, porque son personas que han sido muy importantes en mi vida.
–¿Ha hablado con Pascua?
–Las conversaciones que tengo con él son a nivel personal. Le pregunto cómo se encuentra y cómo lo está llevando. Y lo está llevando muy mal, lógicamente. A estas alturas de su vida estar metido en este tinglado es complicado. Entonces solo puedo decirle: ´Aquí estoy para lo que necesites´. Porque es mi amigo, es un persona muy importante en mi vida.
–Sorprendió que cuando salió a la luz la implicación de Pascua en la Operación Galgo muchos atletas dijeran que ya se esperaban algo así.
–Ésa es la hipocresía. A nadie se le obliga a entrenar con Manolo [Pascua], pero todo el mundo va con él. Hay mucho hipócrita, como el que va diciendo ahora 'esto ya se sabía' y no se plantó en la Federación para decir que con este entrenador ya no quería trabajar. Pero no lo hizo porque no quería perder la silla. Son peor gente porque no han denunciado algo que pensaban que sucedía. Estoy muy dolida por muchas circunstancias, sobre todo porque he vivido muchos años con esas personas y no tengo nada más que palabras de agradecimiento. Ha sido el mejor entrenador que hay en este país y por circunstancias está metido en esto. Pero lo que a mí me queda es todo lo bueno que me ha dado como atleta, todo lo que me ha enseñado. Y gracias a él soy lo que soy. Y gracias a él estoy aquí, puedo trabajar por haber sido Maite Zúñiga. Y puedo estar con chavales contándoles mi experiencia y trasmitirles mi amor por este deporte.
–En 2011 los Júnior y los Promesa tienen dos citas muy importantes en Tallin y Ostrava. ¿Las medallas son importantes a estas edades?
–En este país somos de medallas. Siempre se va a exigir un resultado. Pero no por parte de la Federación, sino por parte de los medios y del público. Nos piden que los atletas que llevemos saquen resultados. Pero creemos que estas competiciones tienen que servir para que se vayan bregando en la alta competición y para que vayan conociendo a sus rivales.
–En Mallorca conocemos bien a David Bustos, ¿cómo ve su progresión?
–Surgió muy de repente, se le exigió mucho muy pronto y poco a poco volverá a encontrar su hueco para estabilizarse. Ha pasado una época en la que triunfó muy pronto, todo el mundo se volcó con él por ser el juvenil que teníamos como referente, se le exigió mucho. Ahora a nivel físico y mental se tiene que reubicar un poco. Pero creo que nos va a dar grandes triunfos.
–A veces tienen que hacer de psicólogos
–Sí. Hay que decirle que está muy bien que salga en las fotos y que sea el mejor de su pueblo, pero que uno tiene que ser más cerebral porque esto es una carrera de fondo. No es como se empieza, sino como se termina. Hay que estar preparado porque luego surgen lesiones y otros problemas que pueden apartarte del camino recto.
–En España los atletas más destacados superan la treintena, ¿hay más presión por formar a una nueva generación?
–Yo creo que siempre ha sido así. Mi generación éramos los viejos de 35 años y parecía que no había relevo. Esto son ciclos. Los mayores tendrán que desaparecer y a lo mejor pasan dos años hasta que vuelva una nueva generación. Es cíclico y normal. Intentamos que estos chavales den lo máximo posible.

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