miércoles, 22 de diciembre de 2010
UNA DEFENSA ENREDADA
J. J. MATEO / C. ARRIBAS
Hay más de 5.000 folios. Hay decenas de conversaciones telefónicas. Hay fotografías, extractos bancarios, seguimientos e investigaciones patrimoniales. Esos son, según describen quienes los han visto, los argumentos recogidos en el voluminoso sumario de la Operación Galgo, que hoy debería vivir uno de sus capítulos más importantes: Marta Domínguez está citada a declarar a las 10.00 en el Juzgado número 24 de la madrileña plaza de Castilla igual que otros tres presuntos implicados en la operación antidopaje. Es el primero de varios días de actividad frenética en el tribunal: alguno de los seis imputados que ya han declarado deberá volver a hacerlo a petición de otros abogados defensores, que quieren escuchar en directo sus palabras. Ha habido acusaciones cruzadas. Se esperan nuevas declaraciones hoy, mañana, el 28 y el 29 de este mes y desde el 8 de enero.
El juzgado, sin embargo, ya era ayer un hervidero. Los letrados de los 14 implicados en la presunta trama de dopaje, una red de venta y consumo de sustancias prohibidas en el deporte que tendría sedes en Madrid, Las Palmas, Segovia o Palencia, fueron pasando por su secretaría para consultar el tocho que resume la investigación, todavía abierta en busca de más elementos que aportar al sumario. Había, no obstante, detenidos esposados que iban de un lado a otro; ciudadanos a la espera del peritaje médico; funcionarios atareados: el número 24 estaba de guardia, lo que impidió que los abogados accedieran al total de la documentación.
A los letrados solo se les permitió una breve cata de cerca de una hora -"acceso parcial", le llaman-, por lo que se centraron en la trama económica y los patrimonios de sus clientes. Hay ya seis personas imputadas por un delito contra la salud pública. Sus abogados temen que durante la instrucción se les pueda imputar igualmente un delito de blanqueo de capitales. Por eso se interesan por esa parte del sumario. Por eso, también, en los equipos de defensa hay tantos expertos en finanzas como en derecho deportivo. Y por eso, además, se suceden las llamadas entre los letrados, del de Marta Domínguez al de Alberto García, por ejemplo, en busca de consejo, de confirmación de algunas declaraciones y, posiblemente, de coordinación táctica.
¿Y qué estrategia seguir? ¿Qué concluyen los letrados después de ese estudio superficial, ejecutado en una esquina de las oficinas del juzgado, contra la pared, como un estudiante castigado? Intentarán, por ejemplo, desvincular a los presuntos implicados, separarlos por ciudades y combatir la idea de que forman supuestamente una organización conjunta con diferentes sedes por toda España. Es lo que han venido en llamar "la desconexión de las redes".
Así, la defensa del doctor Eufemiano Fuentes y del ex ciclista de mountain bike Alberto León intentará probar que nada tenían que ver con el presunto núcleo duro de Madrid: Manuel Pascua, técnico, entre otros, del español de origen etíope Alemayehu Bezabeh, y César Pérez, especialista en salto de obstáculos y entrenador de Marta Domínguez. Para lograr eso, sin embargo, tendrán que desanudar la investigación de la Guardia Civil, que el pasado jueves día 9 siguió a Pascua desde el aeropuerto de Barajas, donde había recogido a Bezabeh, hasta la casa de León en El Escorial. Allí, presuntamente, se guardarían varias bolsas de sangre para autotransfusiones.
Mientras todo eso se cocía en las calderas de los despachos jurídicos y los tribunales, casi 350 entrenadores de atletismo firmaban un comunicado a favor de la lucha contra el dopaje. "¡Por un deporte limpio!", lo titularon. "Nuestro deseo de que se investigue hasta las últimas consecuencias a todas aquellas personas que pudieran estar implicadas en la Operación Galgo", expusieron. "Nuestro convencimiento es que, mediante un entrenamiento adecuado, se pueden alcanzar las más altas cotas atléticas sin recurrir al consumo de sustancias dopantes y sin buscar atajos que desvirtúan la filosofía del atletismo", añadieron.
Los técnicos dejaban abierta la posibilidad de que nuevos colegas, por ahora ausentes, se sumaran a la causa: Rafael Blanquer o Mariano Díez, ex entrenador de Domínguez, tendrían entonces la oportunidad de firmar. La antigua pupila de Díez, sin embargo, habrá contestado antes varias preguntas. Una, probablemente, sonará bien alto hoy en el juzgado: "¿Desde cuándo conoce usted al doctor Fuentes?"
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