EL PAÍS
"Cometí un error" debido a que en el deporte "hay momentos de debilidad", recalcó Paquillo Fernández en la madrugada de ayer jueves, horas antes de que se activara la Operación Galgo contra el dopaje, en el programa El Larguero, de la cadena SER. El marchador granadino de Guadix, dos veces campeón europeo, tres subcampeón mundial y una subcampeón olímpico en la prueba de los 20 kilómetros y cuyas confesiones tras encontrarse en su casa sustancias dopantes han contribuido a la nueva redada policial, espera poder competir en febrero próximo al reducirse a un año su suspensión gracias a su colaboración en las investigaciones.
En noviembre de 2009, en la Operación Grial, Paquillo vio cómo su domicilio era registrado por la Guardia Civil y cómo fue imputado por estar en posesión de productos ilegales en el deporte. "Estaba desayunando cuando llegaron los agentes vestidos de paisano. Me conocían y me trataron muy bien. Les dije que mirasen todo lo que quisieran. Fue un momento dífícil. Ahora lo que intento es olvidarlo todo", recordó con pesar Paquillo. "Lo pasado... pasado está, aunque sea una mancha que ha emborronado mi trayectoria", enfatizó; "ahora solo pienso en mi regreso a la competición. No he llegado a sufrir una depresión, pero sí momentos muy tristes. He pagado mi equivocación".
El deseo de Paquillo es volver a ser feliz el 6 de marzo, el día en que cumplirá 33 años, regresando a la pista con ocasión de los Campeonatos de España. "Esa fecha ya está casi a la vuelta de la esquina. Quiero seguir. Me retiraré cuando yo lo decida. Necesito sentirme otra vez atleta. Aunque no me paguen. Además, ¿no sé por qué no voy a poder conseguir nuevos éxitos después de esto", planteó. "Por otra parte", reiteró, "he pasado a lo largo de mi carrera múltiples controles antidopaje y nunca di positivo".
Finalmente, Paquillo también tuvo unas palabras de crítica para aquellos colegas que han emitido reproches contra él y han pretendido desprestigiarle: "Hay algunos que lo que no han sido capaces de ganar con las piernas pretenden ganarlo con la boca. Pero, claro, este es un país libre y cada uno puede decir lo que quiera".
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