sábado, 11 de diciembre de 2010
TENGO UNA PREGUNTA PARA USTED, MARTA DOMINGUEZ
Sport.es
1. ¿Cómo ha sido capaz de cometer semejante error?
Los atletas, como los ciclistas y otros muchos deportistas que, por el momento, se guardan en el ‘armario’, se dopan para alcanzar ese punto diferencial que les lleve a la victoria, para entrenar más duramente y, consiguientemente, ganar títulos y dinero. La vida de los deportistas es corta y abundan los médicos/carniceros dispuestos a participar de un negocio que reporta pingües beneficios. Quienes se dopan saben que juegan con fuego pero sacrifican sus vidas (y su salud) en aras del éxito. Una medalla de oro o un título mundial y/o olímpico multiplica por dos, por tres o por mucho más los ingresos que puede percibir un deportista. Abundan las malas compañías y el rúnrún se extiende como reguero de pólvora.
2. ¿Necesitaba la palentina participar de un negocio turbio como éste?
Para nada. Marta Domínguez es, con toda seguridad, la atleta española que más dinero venía percibiendo tanto en concepto de becas, por sus numerosos títulos, como por patrocinios y fijos de salida en esas carreras urbanas que son tan frecuentes a lo largo y ancho de la geografía española. La palentina tenía la vida resuelta y nunca hubiera sufrido problemas financieros. Además, estaba en la órbita del Partido Popular y, con toda seguridad, hubiera podido desempeñar una función importante en el aparato de esa formación. Quienes la conocen aseguran que se sentía inmune y que nada la amenazaba. La soberbia pudo ser su peor error.
3. ¿Había algún indicio de lo que estaba ocurriendo?
Hay quien asegura que sí, que lo que se estaba cocinando en casa de Marta Domínguez era algo más que un rumor que se extendía en el circuito atlético. Así lo reflejó el subcampeón de Europa de 5.000 metros Jesús España, que aseguró que “es un secreto a voces que por fin empieza a salir a la luz. Muchos nos alegramos enormemente”. No sólo Jesús España quiso alzar la voz. Atletas como Arturo Casado, campeón de Europa de 1.500 en Barcelona, quiso defender su profesión diciendo que “es positivo que se luche por un atletismo limpio tan duramente, aunque hay que esperar a los resultados oficiales de la investigación”. En parecidos términos se expresó Luis Alberto Marco.
4. ¿Cómo se redimirá ahora a los atletas que nunca han tomado productos dopantes?
Lo que ha ocurrido es difícil de digerir. ¿Cómo se puede explicar que los atletas que tanto le deben a ese deporte hayan sido capaces de propinarle semejante mazazo? No tiene la más mínima lógica posible y es incomprensible a todas luces. Marta era lo que era gracias al atletismo. Lo mismo se puede apuntar de Blanco, Paquillo Fernández, Alberto García... No será fácil que los atletas que jamás han consumido sustancias dopantes encuentren la comprensión de una ciudadanía que considera que los tramposos sólo se dan en el ciclismo y en el atletismo. Será tremendamente difícil devolverle el crédito a este deporte. Tendrá que pasar el tiempo y cambiar muchas cosas. La primera, la cúpula de la Federación Española. ¿Hacia adónde miraban mientras ocurría todo ésto?
5. ¿Llegarán este tipo de diligencias a tenistas y futbolistas de elite o no se atreverán?
Cuando se desató la Operación Puerto, el propio Eufemiano Fuentes ya advirtió que el 30% de los casos correspondían a ciclistas y el resto, a atletas, tenistas y futbolistas. Es obvio que los primeros ya han pagado los ‘platos rotos’ y los segundos se encuentran ahora en plena vorágine. ¿Llegará la justicia a los tenistas y a los futbolistas? Esa es la pregunta que conviene hacerse ahora en voz alta y, en su caso, trasladar a los responsables deportivos y judiciales. No parece probable que se atrevan. En la mente de los ciudadanos existe la creencia de que sólo se dopan atletas y ciclistas. Están equivocados. Si Eufemiano Fuentes dijo lo que dijo y es el cerebro de la trama, habría que llegar hasta el final. No se hagan ilusiones...
6. ¿Cómo es posible que sean los mismos tramposos de hace 22 años?
Es un fracaso en toda regla del sistema. De Eufemiano Fuentes ya se hablaba en los Juegos Olímpicos de Seúl’1988. Ya entonces, se decía que su mujer, Cristina Pérez, la primera atleta española finalista en una prueba olímpica, se había dopado. El rún-rún recogía otros nombres de la época (atletas y ciclistas) y también incluía al entrenador Pascua Piqueras. ¿Qué ha ocurrido, pues? Fácil: que nadie ha sido capaz de ponerle el cascabel al gato.
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