jueves, 9 de diciembre de 2010

La segunda caída de Alberto García



EL PAÍS

La policía ha detenido hoy en el marco de la Operación Galgo a 14 personas. Los primeros nombres en saltar a la luz pública han sido los de la atleta Marta Domínguez, campeona del Mundo de los 3.000 obstáculos, su entrenador, su mánager y el doctor Eufemiano Fuentes, conocido por su implicación en la Operación Puerto de 2006. Pero no son los únicos. Con el paso de las horas, esta tarde se ha conocido la implicación en la supuesta trama de Alberto García, campeón de Europa de los 5.000 metros en 2002, que cosechó sus mayores éxitos deportivos al principio de la década, y que ya dio positivo por consumo de EPO en 2003. Esta mañana ha sido detenido en Madrid quien un día fue el mejor fondista blanco.
García cumplió 40 años el pasado mes de febrero y lo hizo retirado del atletismo de primera línea, en el que había sido uno de los nombres más prometedores a partir de ganar la medalla de oro de los 5.000 metros en los Juegos Mediaterráneos de Bari, en 1997. A partir de entonces, cerca de la treintena, su carrera se disparó y el atleta madrileño comenzó a obtener reconocimientos entre los que destacaron los dos oros mundiales, en pista cubierta y al aire libre, que obtuvo en Europeo de 2002. El pequeño atleta vallecano (1,63 metros) arañaba por entonces todos los récords que se le ponían por delante e, incluso, como ocurrió en 2001 en una reunión en Estocolmo, era capaz de superar a los reyes del fondo, los corredores kenianos. De hecho fue el primer atleta no africano de la historia en quedar cuarto en la prueba de 5.000 metros en unos mundiales, los de Edmonton 2001. Por entonces era capaz de alcanzar velocidades que valían medallas y se acercaba cada vez más a su ídolo, Haile Gebreselassie. Por algo le llamaban el Etíope. La prensa le definía como el mejor fondista blanco. Un pequeño gran atleta de explosión tardía y fulgurante evolución, surgido a la sombra de un fracaso olímpico, el de Sydney, del que se había conseguido recuperar.
El invierno que siguió a aquel verano de 2002 batió en febrero, con trece días de diferencia, los récords de 3.000 y 5.000 metros en pista cubierta. Aquellos meses fueron los mejores de su carrera. En mayo de 2003 dio positivo por eritropoietina (EPO) en un control efectuado en Lausana el 29 de marzo tras el Campeonato del Mundo de cross corto. Tenía 32 años y su carrera sufrió un frenazo definitivo. Dos años de sanción y un proceso de investigación que, ahora, casi una década más tarde, vuelve a empezar de nuevo.

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