jueves, 9 de diciembre de 2010

Marta Domínguez, en el ojo del huracán



Alfredo Relaño

La noticia nos dejó tristes a todos. Marta Domínguez, la heroína de tantas carreras, en el cuartelillo, interrogada durante horas, puesta finalmente en libertad con cargos. Su desventura es la cara espectacular de la llamada Operación Galgo, una investigación de la Guardia Civil para desmantelar una red de traficantes de sustancias dopantes. Presuntamente, esa sería la culpa de Marta, ya casi retirada, felizmente embarazada, y vicepresidenta de la Federación de Odriozola, en la que hace bastantes años que huele a habitación cerrada. Esta vez los titulares malos no los acapara el ciclismo, sino el atletismo.
Tirando del hilo de la Operación Puerto (anterior a la entrada en vigor de la 'Ley Lissavetzky', lo que salvó de la pena de cárcel a los implicados, pero no del descrédito) se llegó a la Operación Grial, de resultas de la cual se le intervinieron a Paquillo sustancias dopantes en su casa. Su cooperación con la justicia ha hecho que su sanción deportiva se quedara en un año, y se supone que ha conducido a esta redada. Con Marta pasaron ayer por lo mismo sus malas compañías. Entre los detenidos e interrogados figuran Pascua Piqueras y Eufemiano Fuentes, viejos perejiles de esta hedionda salsa.
Hoy seguirán los interrogatorios. Durante tiempo se han acumulado escuchas telefónicas autorizadas por el juez. Porque esto ahora ya es delito. Algunos no se han dado cuenta aún, por desgracia, pero desde ahora ya no será así. Nos acostamos, sí, tristes, por Marta y por la imagen del deporte español, pero hay un lado bueno en esto: los reticentes ya saben que esto va en serio, y cuando el proceso avance y haya sentencias, más aún. Hay dopaje en España, singularmente en el ciclismo y en el atletismo, pero ya se combate y existe una ley para ello. Esto no es el fin, pero es el principio del fin.

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